Uno de los proyectos prioritarios del Ayuntamiento de Valencia, es el de supresión de barreras urbanísticas en la ciudad con el fin de conseguir una ciudad para todos. La existencia de 6.237 rampas para absorber el desnivel entre acera y calzada, la eliminación de alcorques o sumideros, el pavimento especial en semáforos y pasos de peatones o la existencia de semáforos acústicos, posibilitan que personas con discapacidades físicas puedan pasear y disfrutar del ambiente de las calles de una ciudad que, poco a poco, se coloca a la cabeza de la accesibilidad.
Sin embargo, tenemos que aclarar que todavía queda trabajo por realizar en el casco histórico. Si se quiere disfrutar del sabor más aejo de la ciudad y pasear por las sinuosas y estrechas calles del casco antiguo, tanto peatones y personas con movilidad reducida, como conductores de vehículos han de circular por la misma vía. Una situación que todos compartimos y hemos aprendido a respetar.
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