HISTORIA:
Ante la noble fachada de la iglesia de Santo Tomás Apóstol y San Felipe Neri, hoy parroquial desde algo después de la Desamortización, que fue templo de la filipense Congregación del Oratorio, álzase, rodeada de breve jardincillo con una reciente cerca de hierro forjado, una fuente que es, a la vez, monumento, en su relativa parvedad material, de historia y arte.
Conmemora el comienzo en Valencia de la vida comercial moderna, por el impulso de la Real Sociedad Económica de Amigos del País, suceso que afectó tanto a un nuevo sentir corporativo ciudadano, de "fomento", no desligado ciertamente de la cultura -entonces decían "instrucción"-, cuanto al propio movimiento mercantil, al tráfico de productos, por tierra y por mar, abiertas ambas rutas gracias al recentísimo empleo del ferrocarril y a las facilidades que, en la navegación, suponía la tracción de vapor. Así, el monumento que es fuente sirve como tal a la utilidad doméstica, por la reciente llegada del agua potable a Valencia -gracias al mecenazgo del canónigo Mariano Liñán, obispo preconizado de Teruel, que al efecto dejó su fortuna, patricio perpetuado hoy en el pequeño monumento con su busto, obra de Esteve Edo, junto a la Basílica de la Virgen de los Desamparados.
Las fuentes, pues que servían agua potable al público -lejos todavía o muy restringida su instalación domiciliaria- fueron numerosas, destacando varias más monumentalizadas, y de ellas ésta de la plaza de la Congregación, hoy de San Vicente Ferrer, con mayor contenido por su dicha significación corporativa. Está constituida por una simbólica estatua femenina, vestida con amplio ropaje, de mármol blanco, que sostiene con la mano izquierda y sobre el suelo un escudo portador de los emblemas de la Sociedad Económica de Amigos del País (colmena con abejas...) y el lema "Amistad-Patria"
En el pedestal, de mármol jaspe, hay en sendas caras del prisma de sección cuadrada que sostiene la figura, unos escudetes, todos pétreos, con alegorías del Comercio, al frente; de la Navegación, a su izquierda; de las Ciencias, a la derecha, y de las Artes, detrás; debajo de estos escudos alegóricos, unas cabezas o máscaras broncíneas arrojan agua sobre sendas pilas; mas, en cada ángulo del pedestal sendas cigüeñas de larguísimo cuello también la vierten, en servicio al público; mientras la de los mascarones va a la taza, reuniéndose con la de las aves que no se hubiese tomado por la gente.
El pequeño espacio ajardinado se rodea, según se dijo, por una bajísima cerca de forja de perfil muy barroco y la fuente, estatua, etcétera, se restauró en 1983.
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