HISTORIA:
Gran avenida de 50 metros de ancho, con alameda central y vías laterales de circulación, que se configura como la gran artería de esta zona de la ciudad. Fue concebida en origen como parte del anillo de cierre del primer Ensanche.
La regularidad de la trama urbana que la rodea permite la aparición de islas en el jardín central en los cruces con las calles laterales que, además de resolver los problemas de tráfico, confieren al paseo una ordenancia rítmica. El trazado de los jardines sería rediseñado por Francisco de Mora y Berenguer en 1912. A los lados del paseo central hay zonas ajardinadas con arbolado de espléndido porte, compuesto por pinos, plátanos y palmeras, entre otras especies.
A pesar del intenso tráfico que soportan las terrazas, resultan aún agradables para el aperitivo. La sustitución de muchos de los primitivos edificios por otros más altos ha variado sustancialmente la sección original de la avenida.
Frente al número 9 hay una escultura de 1931, dedicada al Labrador Valenciano, del escultor Carmelo Vicent; está esculpido en piedra, vestido a la manera tradicional de la huerta e impregnado del realismo costumbrista que el tema requiere.
En el cruce con la calle Pizarro se encuentra el monumento a Teodoro Llorente, construido en 1923; forma un abigarrado conjunto de figuras de piedra que, recordando los motivos de ilustre poeta, se agrupan junto a su estatua de bronce, está rodeado de cuatro grandes magnolios que, con su ramaje, parecen aumentar la complejidad del conjunto
miércoles, 5 de diciembre de 2007
GRAN VÍA MARQUÉS DEL TURIA
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