martes, 18 de diciembre de 2007

TREPADORAS, Jardin botanico


El Jardín se encuentra totalmente rodeado por un muro de cerramiento, típico de los antiguos huertos valencianos, que se ha mantenido a lo largo de su historia, como recuerdo de sus orígenes: el huerto de Tramoyeres. Aprovechando la estructura creada en el muro durante la restauración de 1990, y para romper su monotonía, en la parte interior se dispuso una colección de plantas especialmente adaptadas a la búsqueda de la luz: las lianas, enredaderas o bejucos.Las plantas trepadoras o lianas son un ejemplo de las adaptaciones de los vegetales en su búsqueda de la luz y el espacio.
Son plantas que sin apenas gasto de energía, sin desarrollar grandes troncos que las eleven hacia la luz, pueden situar en poco tiempo, sus hojas por encima de la sombra del bosque, trepando sobre otros vegetales, muros o rocas.Las plantas trepadoras tienen un rápido crecimiento en longitud, que apenas va acompañado del engrosamiento de la planta, son incapaces de mantenerse erguidas por sí mismas y necesitan órganos de fijación para poder crecer sobre el soporte sin caer al suelo.
Los mecanismos utilizados para trepar son muy diversos y constituyen otro interesante ejemplo de convergencia adaptativa, ya que especies procedentes de grupos taxonómicos muy distintos han desarrollado estructuras semejantes.A lo largo del muro pueden verse distintas estrategias de fijación. Las raíces caulógenas, son raicillas que aparecen en la parte aérea del tallo y entran los las fisuras de las rocas o de la corteza de los árboles, son características de las hiedras (Hedera helix) y los ficus (Ficus repens).
Las espinas son estructuras rígidas y agudas que se enganchan en la superficie del soporte, son conocidas las de los rosales trepadores (Rosa sempervirens) y la buganvilla (Bougainvillea spectabilis). Pero los órganos especializados más característicos de las lianas son los zarcillos, generalmente derivados de las hojas o las estípulas, que se pueden ver en muchas de las plantas cultivadas.
Las vides (Vitis vinifera), pasifloras (Passiflora edulis) tienen zarcillos filiformes que, en contacto con el soporte, se rizan y fijan la planta, mientras que la parra virgen (Parthenocissus tricuspidata) o la garra de gato (Macfadyena unguis-cati) tienen zarcillos digitados que se adhieren o clavan en el soporte.
Por último algunas plantas no desarrollan órganos especiales, pero modifican su forma de crecimiento y tienen tallos volubles, que rodean al árbol a medida que crecen. Las madreselvas (Lonicera implexa, Lonicera japónica) y las glicinias (Wisteria sinensis) tienen tallos de este tipo.

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