Economía valenciana

Construida principalmente sobre el esfuerzo de los pequeños empresarios, la economía valenciana vive los mejores momentos de su historia.

La ciudad de Valencia es, fundamentalmente, un área de servicios cuya influencia llega mucho más allá de los límites de su término municipal. Actualmente la población ocupada en el sector servicios es el 76% del total, con un gran peso de las actividades de demanda final, del comercio minorista y mayorista, de los servicios especializados a empresas y de actividades profesionales.
No obstante la ciudad mantiene una base industrial importante, con un porcentaje de población ocupada del 16,9%, formada por pequeñas y medianas empresas entre las que destacan los sectores de papel y artes gráficas, de madera y mueble, productos metálicos de calzado y confección.


La economía de la ciudad ha tenido durante los últimos años una dinámica positiva que se ve reflejada en las cifras de desempleo registrado, de matriculación de vehículos, o de licencias de construcción. Su dinamismo como centro económico y como lugar de referencia para múltiples actividades económicas se refleja también en la pujanza de instituciones claves para el desarrollo económico como Feria Valencia, el Puerto Autónomo, la Bolsa, el Palacio de Congresos o sus Universidades.

Valencia cuenta también con importantes instituciones culturales que tienen una importancia creciente en su desarrollo: el IVAM, el Palau de la Música o la Ciudad de las Artes y las Ciencias aportan un innegable valor añadido a la ciudad y a su entorno metropolitano como centro cultural y de ocio.

Si bien la agricultura de la región sigue constituyendo una potente fuente de divisas, son la industria, el comercio y sobre todo los servicios concretamente, el turismo quienes tomaron hace tiempo el timón de la economia regional. A pesar de ello, el mundo agrario no se ha dormido en la noche de los tiempos modernos, como lo demuestran dos ejemplos. En primer lugar, los productores de vino, en pleno crecimiento en la zona de Utiel - Requena, han aprendido las más agresivas técnicas comerciales.

La moderna "era industrial" de Valencia se inició hace un cuarto de siglo, coincidiendo con la elección de Almussafes por los ejecutivos de Detroit para la instalación de una fábrica de vehiculos Ford, hoy la empresa más importante y exportador número uno de la Comunidad. Por la misma época y algunos kilómetros más al norte, en Sagunto, todavia humeaban los Altos Hornos de la IV Siderurgia Integral, más tarde victimas de la reconversión industrial que azotó a la industria española durante los años ochenta. Esta regulación dio paso a modernas industrias como la francesa Sidmed (de laminados de acero) o la italiana SIV (de vidrios), que devolvieron el bienestar a la zona.

Aunque España viene teniendo desde hace un cuarto de siglo excedente de mano de obra, esto es, paro, y la Comunidad Valenciana, con algunas diferencias no constituye una excepción, los empresarios de la construcción, hosteleria o limpieza empiezan a tener dificultades para encontrar trabajadores. Otro tanto ocurre en el campo o el servicio doméstico.

La Comunidad Valenciana contaba en el año 2000 con una población de 4.073.540 habitantes, cifra que supone el 10% de la población española. Sin embargo, su extensión no alcanza el 5% de todo el territorio español, resultando una comunidad con una alta densidad poblacional, muy superior a la media nacional e incluso bastante más alta que la media europea. Aun siendo elevada su población y su densidad, destaca la alta tasa de extranjeros residentes en la región. La comunidad valenciana acoge al 14.5% de la población extranjera en España. Las razones de tan alta tasa de extranjeria hay que buscarlas en una combinación indisoluble de su situación geográfica con su modelo productivo. Además de ser paso obligado en la ruta del Africa a Europa, los inmigrantes encuentran en la industria manufacturera, la construcción, la agricultura, la hosteleria, el campo, el comercio y los servicios asistenciales de la región valenciana bastantes opurtunidades de empleo.

Desde mediados de los años ochenta, con la entrada de España en la Comunidad Europea, el flujo de inmigrantes ha experimentado un crecimiento notable y progresivo. En esas mismas fechas comienza a producirse un cambio cualitativo en el tipo de inmigración, remitiendo la presencia europea y aumentando la procedente de Africa y América Latina.

Cada año, en septiembre, miles de visitantes extranjeros - europeos, árabes, americanos y los mejores fabricantes de mobiliario de España se reúnen en la Feria para realizar sus intercambios comerciales y aprovechar la oferta de ocio que ofrece la ciudad. Sobresale también Cevisama, la feria del azulejo y la cerámica, donde los verdaderos protagonistas son los fabricantes castellonenses, en dura competencia con los italianos. Le siguen la feria del Textil - Hogar, la primera de España, o las del juguete, la madera y asi hasta un total de 30 certamenes anuales.

Paralelamente, el Puerto de Valencia, verdadera puerta para la exportación de las empresas valencianas y de las regiones del interior de España, se ha convertido por méritos propios en el primer puerto comercial de España y escala obligada de las grandes lineas de fletes de todo el mundo.

El puerto de Valencia ha alcanzado un volumen de tráfico comercial que le sitúa a la cabeza de los recintos portuarios mediterráneos. En el 2001, el liderato correspondia a Génova, pero el crecimiento de las instalaciones portuaria valenciana se ha disparado hasta rebasar a la ciudad italiana y ampliar distancias frente a Barcelona.

Gran parte del sector primario está ligada a la demanda de otros paises, fundamentalmente europeos, que es tan cambiante como creciente. En este sector, un 60 % de la producción actual (frutales y, sobre todo, citricos) se destina al consumo del Viejo Continente, a cuyos mercados la lleva una gran flota de transporte por carretera. La producción agricola mantiene la competitividad en el marco de la Unión Europea.