miércoles, 28 de noviembre de 2007

Ocio nocturno

Se encuentran repartidos por toda la ciudad. Las principales zonas de copas son: Plaza de Cánovas, Avenida de Aragón, Barrio del Carmen, Avenida Blasco Ibáñez, Paseo Neptuno y Juan Llorens.

Prepárese: las noches de Valencia no tienen fin. Son recomndables los bares y pubs de la plaza de Cánovas, en la Gran Via Marqués del Turia. Eso si: hay que olvidarse del coche (es imposible aparcarlo).Conviene hacer paradas en el Plaza o los clásicos Zorba's y Barraca Bar y, por la mañana, afrontar la resaca tomando un dry martini en Acuario.

Para los más bohemios y amantes de las zonas urbanas con solera, el barrio del Carmen constituye un excelente refugio. En la calle Caballeros abren sus puertas establecimientos modernos como el Johnny Maracas. Por su parte la Plaza del Tossal acoge abundantes terrazas donde reposar los huesos. Los martes, el rey de la noche es Las Infantas, animado con subastas. El negrito, situado en la Plaza homónima, depara un ambiente mucho más tranquilo y el Radio City, sonidos y vestimentas alternativas. También en el barrio del Carmen, el Venial es de los más conocidos entre el ambiente gay, discoteca con buena música y gente guapa, ambiente agradable y buena decoración, con zona de descanso para tomar copas tranquilamente y pista para bailar hasta altas horas. Abierta todos los dias.

La algarabia estudiantil se disemina entre la calle Juan Llorens y la plaza Xuquer. Aqui, los decibelios son derrochados generosamente en locales como El Carioca o el Vengaacá, habilitado en un antiguo cine y especializado en ritmos caribeños.

No obstante, si se visita la ciudad en verano, la mejor opción es pasar la noche en algunos de los bares de moda situados frente a la playa de la Malvarrosa, como Caballito de Mar, con actuaciones en directo, Floridita, donde preparan buenos daiquiris y mojitos.

Los valencianos se ganaron en los noventa la reputación de ser de los más marchosos de este país. Todos supimos entonces que existía una ruta llamada "del bakalao" formada por discotecas donde se podía bailar ininterrumpidamente desde el jueves hasta el domingo por la noche de cada semana al ritmo del techno-hardcore más frenético. De aquella ruta del bakalao ya queda poco, pero han abierto muchas otras discotecas y bares en las que a veces se recuerdan esos ritmos, y la gente sigue saliendo y aguantando todo el fin de semana de marcha sin parar.

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